Aldo Cipullo, creador de la colección Juste un Clou de
, estaba convencido de que una de las cualidades esenciales de una joya era la calidez. Con esto en mente y buscando ofrecer una alternativa a los espíritus rebeldes de principios de los años 70, tomó como fuente de inspiración un clavo y lo convirtió en una de las más admiradas piezas de joyería de los últimas décadas. Oro blanco, amarillo y rosa fueron las materias primas con las que forjó sus creaciones.Oro amarillo
Es el color por excelencia de la joyería; sus destellos son muy parecidos a los de los primeros rayos del sol durante el día. Quien lleva una pieza de oro amarillo no teme volverse el centro de atención. A pesar de que con el tiempo los gustos puedan cambiar, una joya de oro amarillo es una apuesta segura; no es casualidad que el color dorado sea uno de los más utilizados en el arte sacro, la moda y el mundo de la cosmética. La pulsera de oro amarillo engastada con diamantes es la mejor aliada de las diosas contemporáneas.
Cartier Resultado de la aleación de oro, paladio y plata, el oro blanco tiene la ventaja de ser muy fácil de combinar con cualquier prenda y accesorio. A pesar de ser un tono más discreto, no deja de ser un metal admirado y distinguido. Si este argumento no es suficiente para convencerte, siempre podrás elegir una pieza que también incorpore el destello de las piedras preciosas como el anillo de doble vuelta engastado con 77 diamantes.
Cartier Las tonalidades de este metal lo hacen ideal para las mujeres que buscan joyas que transmitan una personalidad dulce y romántica. Sus reflejos son perfectos para enmarcar rasgos delicados y, al mismo tiempo, convertirse en el tema de todas las conversaciones. El collar que combina eslabones ovalados y clavos redondos engastados con un total de 111 diamantes es uno de los must have de la colección si el color rosa es tu favorito.
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